Hablar de nubes, es hablar irremediablemente de sus traducción literal, es decir, del malvavisco o marshmallow. El malvavisco (Athaea officinalis) es una planta empleada desde tiempos ancestrales en la medicina y en la repostería. Posee una amplia variedad de compuestos de vitaminas, lecitina, pectina, mucílagos, fibras, azúcar natural etc, y aunque es más conocida por su utilización en la cocina, o bien como dulce o bien como espesante natural, se le relaciona con un montón de medicinas y tratamientos que hoy por hoy siguen vigentes.
Ya desde su descubrimiento (se sabe que fueron los egipcios hace 4000 años) el malvavisco se utilizaba para endulzar las bocas de los que lo probaban, empleandose en una especie de amalgama o caramelo en el que se usaba miel y frutos secos (nueces). Aunque en verdad, no fue hasta el siglo XIX cuando los franceses lo utilizaron y lo vendieron a diestro y siniestro, y siempre de forma artesanal, batiendo la propia salvia de esta planta y haciendo con ella preciosos caramelos de los que se beneficiaban sobre todo la gente pudiente de la época. Caramelos que poco a poco (sobre todo a finales de siglo) fueron adquiriendo nuevas formas y texturas, cambiando los moldes por harina de maíz (maizena), o añadiendo gelatina neutra (casi siempre animal), o también fécula de maíz para su esponjado. Al final, el malvavisco acaba desapareciendo de la composición en aras de nuevas y modernas fórmulas que finalmente hacen de este dulce algo único y universal. Hoy por hoy, del malvavisco sólo conserva su nombre y no en todas las traducciones de todos países.
Un tal Alex Doumak convirtió drásticamente el proceso artesanal en uno mecanizado abaratando como es lógico los costes y adquiriendo más popularidad. Hablamos de mediados de los cincuenta. Los marshmallows tras pasar a producirse en serie, consiguió en EEUU una aceptación sin precedentes hasta el día de hoy. Además, con los años se añadieron nuevos ingredientes, como una fina capa exterior de azúcar glass o mezclado en muchos casos con la propia harina de maíz, o mezclados con colorantes artificiales, adquiriendo el aspecto que hoy por hoy poseen.
Ingredientes:
500 g Azúcar
250 ml Agua
15 g Gelatina sin sabor
2 cdtas. Esencia de vainilla
1 pizca Sal
Azúcar glass para espolvorear
Procedimiento:
En una olla, coloque el azúcar y cubra con la mitad del agua. LLeve a fuego alto hasta obtener almíbar a punto hilo fuerte, que es cuando tomando un poco de almíbar entre la yema de dos dedos, al separarlos se forma un hilo que no se rompe.
Mientras tanto, en el bol bata la gelatina, con la esencia, la sal y el resto del agua y, cuando el almíbar esté listo, viértalo, sin dejar de batir, hasta que la preparación esté blanco.
Espolvoree un molde con azúcar glass, vierta la preparación, empareje la superficie y espolvoréela con azúcar glass. Deje enfriar a temperatura ambiente y corte en cubos
Otra variante es cortar en cintas de 1,5 cm de ancho y arrollarlas sobre brochettas, pues se adhieren con facilidad
Hola! te queria preguntar si alguna vez hiciste esta receta porque yo la hice pero no me salio. Utilize la mitad de los ingredientes de esa receta y me quedo blanco arriba y transparente abajo y nunca me quedó asi seco como aparece en tu foto, sino q mas bien humedos, como toda una parte gelatinosa abajo.
ResponderEliminarSabes porque peude ser?
Muchas Gracias
un saludo!
hola a mi no me salieron bien que dijamos me salio un liquido jeje por las dudas no tendras un video para informarme mejor.......
ResponderEliminarLa gelatina debe quedar bien diluida y bien mezclada, sino no se solidifica bien...
ResponderEliminaranadie le salio bien con esa receta.....puede dar la receta cual es?......se me hace que lleva claras batidas a nieve tambien...y glucosa...
ResponderEliminarYo no la hago desde hace tiempo. La hice ya hace mas de un año. Tendre que volverla a hacer a ver si me vuelve a salir. Ya dire cuando la haga.. Quizas me equivoque en un ingrediente..
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